viernes, 28 de marzo de 2008

Apuntes de Geografía

Introducción
España y Portugal constituyen la Península Ibérica, la más occidental de las tres grandes penínsulas del sur de Europa. Forma un enorme promontorio octogonal en el extremo sudoeste del continente. Está situada en una zona templada, entre los 43º 47' 24'' N. (Estaca de Bares) y los 36º 00' 03'' S. (Punta de Tarifa) de latitud, y entre los 7º 00' 29'' E. (Cabo de Creus) y 5º 36' 40'' O. (Cabo de Tourinam) de longitud. España ocupa cuatro quintos de los 580.825 kilómetros cuadrados que forman el área total de la península. Limita al norte con el mar Cantábrico, Francia y Andorra, al este con el mar Mediterráneo, al sur con el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, y al oeste con el océano Atlántico y Portugal.
En comparación con la mayoría de los otros países del mundo, España, con una superficie de 505.957 kilómetros cuadrados, ocupa solamente una pequeña parte del mapa. Sin embargo, en relación con el continente europeo, España es el tercer país más grande, después de Rusia y Francia.
La superficie antes mencionada incluye la mayor parte de la Península Ibérica, unos 493.486 kilómetros cuadrados de un total de 580.760 completados por Portugal, así como los 4.992 kilómetros cuadrados que constituyen las Islas Baleares, al este de la península, y los 7.447 kilómetros cuadrados de las Islas Canarias, que se encuentran a más de 1.000 km. al sur de la península, frente a la costa africana.
Estas últimas forman parte de la cadena de islas que llevan a las Américas a través de la ruta atlántica central. También forman parte de la nación dos ciudades españolas en el norte de África: Ceuta con 18 kilómetros cuadrados y Melilla con 14 kilómetros cuadrados.
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Dirección General de Relaciones Culturales
Ministerio de Asuntos Exteriores
28071 MADRID
Los seis temas de este capítulo son:
1. Localización geográfica
2. Condición de la España peninsular
3. Clima
4. Vegetación
5. Producción mineral
6. Hidrografía

Situación geográfica
España forma, junto con Portugal, la más occidental de las tres penínsulas mayores del sur de Europa, un enorme promontorio octogonal, en el extremo sudoeste del continente. Está situada en una zona templada, entre las latitudes 43 47´24´N. (Estaca de Bares) y 36 00´3´´ S. (Punta de Tarifa), y entre las longitudes 7 00´29´´E.(Cabo de Creus) y 5 36´40´´O. (Cabo de Tourinan). De un total de 580. 825 kilómetros cuadrados, España ocupa cuatro quintos de la península. Limita al norte con el mar Cantábrico, Francia y Andorra; al este, con el mar Mediterráneo; al sur, con el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, y al este con el océano Atlántico y Portugal.
Los historiadores dieron a España numerosos nombres diferentes en el pasado. Para algunos era Ophiusa, para otros Edetania, Sacania, Tartessos, Hesperia… Fueron los romanos quienes dieron con el nombre de Hispania, una palabra aparentemente de origen fenicio, derivada del pastoreo, que probablemente significa 'costa o isla de conejos'. El profesor García y Bellido cree que el nombre de Hispania data del siglo II a.C. Strabo consideró que los términos Iberia e Hispania eran sinónimos. 'Los romanos han llamado esta región entera', escribió, 'Iberia o Hispania, dividiéndola en dos partes, Ulterior y Citerior, y reservándose el derecho a modificaciones administrativas posteriores' (subsiguientemente la división sería Baetica, Lusitania y Tarraconense).
La España peninsular tiene un área total de 493.486 kilómetros cuadrados, a los que hay que añadir 4.992 km. cuadrados por las Baleares, 7.447 por el archipiélago canario y 32 por las ciudades españolas situadas en el norte de África: Ceuta, con 18 km. cuadrados, y Melilla, con 14 km. cuadrados.
La parte más importante de la España insular son los archipiélagos balear y canario. El primero, situado a un lado de la Península, en el Mediterráneo oriental, consiste en las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Cabrera y otras similares, mientras que las Islas Canarias, al sur, en el Atlántico, frente a la costa africana, comprenden Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, Gomera, Palma, Hierro y unos pocos islotes.
La condición peninsular de España
Tierras altas, montañas y mesetas predominan sobre las tierras bajas. Con la excepción de Suiza, España es el país más elevado de Europa, con una altura media de 600 metros. Los picos más elevados son: Pico del Teide (Tenerife), 3.719 m.; Mulhacén (Sierra Nevada), 3.478 m.; Alcazaba (Sierra Nevada), 3.392 m.; Le Poset o Lardana (Pirineos), 3.375 m.; Monte Perdido (Pirineos), 3.355 m.; Cilindro (Pirineos), 3.328 m.; Perdiguero (Pirineos), 3.321 m.; Maladeta (Pirineos), 3.309 m.; y Pico de Camachinos o Vignemale (Pirineos), 3.303 m.
Si exceptuamos la costa gallega, la línea costera española no es particularmente quebrada. Predomina más bien un litoral recto, sin demasiados entrantes, debido al hecho de que las cadenas montañosas se extienden paralelas a la costa.
Este tipo de litoral refleja los contrastes físicos y geográficos que caracterizan la Península Ibérica. Así, las costas del este y sur de España bañadas por el Mediterráneo son planas y arenosas, las del noroeste tienen hermosas entradas a la manera de fiordos, mientras que las del Cantábrico son rocosas y con muchos acantilados.
España posee en conjunto más de 2.000 playas, muchas de ellas de gran belleza y con un clima agradable. A efectos turísticos, están agrupadas bajo nombres conocidos internacionalmente, tales como Costa Brava, Costa Dorada, Costa de Azahar, Costa Blanca, Mar Menor, Costa Cálida, Costa del Sol, Costa de la Luz, Rías Bajas y Rías Altas, Costa Cantábrica, Costa Canaria y Costa Balear.
Límites costeros:
Costa cantábrica……………………………………………867 km.
Costa atlántica…………………………………………1.367 km.
Costa mediterránea………………………………1.670 km.
Total parcial…………………………3.904 km.
Fronteras terrestres
Frontera con Francia y Andorra…………………………712 km.
Frontera con Portugal……………………………………………1.232 km.
Frontera con Gibraltar……………………………………………………1 km.
Total parcial………………………………………… 1.945 km.

Perímetro total…………………………………… 5.849 km.

Clima
Aunque España se encuentra en una zona templada, su accidentado relieve da lugar a una gran diversidad de climas.
Las montañas del Cantábrico marcan la primera zona de división climatológica bien definida. Al norte de esta cadena, en la estrecha franja del norte, donde se sitúan el País Vasco, Cantabria. Asturias y Galicia, se encuentra lo que podríamos llamar la España lluviosa, con un clima marítimo por excelencia, solamente con ligeras variaciones de temperatura, suaves inviernos y veranos frescos, un cielo casi constantemente nublado y frecuentes lluvias, aunque menores durante el verano. Este clima, que es típico en la Europa occidental, favorece el tipo de vegetación del norte de Europa.
Al sur de la cadena cantábrica se encuentra la España seca, con un clima extremadamente variable, siempre caracterizado por escasas lluvias y un implacable sol ardiente en un cielo intensamente azul, ocasionalmente cruzado por feroces tormentas locales de corta duración.
En términos de superficie, la España lluviosa ocupa un tercio del país, mientras que los otros dos tercios corresponden a la España seca.
Aunque España se encuentra en una zona templada, su accidentado relieve da lugar a una gran diversidad de climas.
Las montañas del Cantábrico marcan la primera zona de división climatológica bien definida. Al norte de esta cadena, en la estrecha franja del norte, donde se sitúan el País Vasco, Cantabria. Asturias y Galicia, se encuentra lo que podríamos llamar la España lluviosa, con un clima marítimo por excelencia, solamente con ligeras variaciones de temperatura, suaves inviernos y veranos frescos, un cielo casi constantemente nublado y frecuentes lluvias, aunque menores durante el verano. Este clima, que es típico en la Europa occidental, favorece el tipo de vegetación del norte de Europa.
Al sur de la cadena cantábrica se encuentra la España seca, con un clima extremadamente variable, siempre caracterizado por escasas lluvias y un implacable sol ardiente en un cielo intensamente azul, ocasionalmente cruzado por feroces tormentas locales de corta duración.
En términos de superficie, la España lluviosa ocupa un tercio del país, mientras que los otros dos tercios corresponden a la España seca.
Vegetación
La relación entre relieve, clima y vegetación es evidente así como su influencia en ciertos sectores socioeconómicos, en la agricultura y el turismo. La vegetación de un país es un claro reflejo de su diversidad climática y puede ser observada en los paisajes característicos de las dos Españas: la España verde, con sus exuberantes y extensos bosques de hoja caduca y sus ricas planicies cubiertas de hierba; y la España mediterránea, con tierras no cultivadas y llenas de maleza xerófita y con unos pocos bosques que se han adaptado a la sequedad del verano. Sus paisajes diversos y su rica flora (unas 8.000 especies) constituyen otro tipo de cruce de caminos, en el que plantas procedentes de toda Europa se encuentran y mezclan con vegetación del norte de África. De esta manera la haya europea crece junto al roble mediterráneo, el pino carrasco, la palmera africana e incluso el eucalipto australiano.
Este cruce de caminos botánico se caracteriza por ciertas zonas bien definidas que corresponden en gran medida a los principales tipos de clima españoles. En la España húmeda predomina el bosque, en el que abundan especies como la haya o el roble, que crecen en las húmedas regiones marítimas, con sus hojas planas y húmedas que caen en los meses más fríos del invierno. Esta masa fresca está acompañada por un rico y variado monte bajo dominado por helechos, aliagas y brezos. El accidentado relieve del terreno y la altitud ocasionan la aparición de varios tipos de vegetación; por ejemplo, en las sombreadas colinas de cadenas montañosas hay bosques de robles mientras que encinas y otros árboles similares tienden a desarrollarse en espacios abiertos; más arriba, el terreno está dominado por hayas y castaños, de acuerdo con el tipo de suelo, mientras que la reforestación ha añadido varias especies o piceas; más alto incluso se encuentran praderas alpinas y maleza.
La España seca se divide en otros dos grupos distintivos de vegetación, de acuerdo con su temperatura peculiar y aridez, que se corresponden con la Meseta y la depresión ibérica, por una parte, y la España mediterránea por otra. Estos dos grupos tienen en común su adaptabilidad a la aridez, que ha dado lugar a una combinación de bosque y maleza que pueden crecer con muy poca humedad. Por lo tanto, y a pesar del deterioro producido por el hombre, un bosque típico de encinas y alcornoques sobrevive en la Meseta, aunque estos últimos prefieren generalmente suelos más silíceos y las sombreadas arboledas el sur y oeste de la región, extendiéndose hasta el oeste de Andalucía.
En las zonas más secas, como La Mancha, Extremadura y especialmente el valle del Ebro la encina es reemplazada por matorral escaso y muy seco. En las regiones más húmedas y silíceas (León, Extremadura), es el monte bajo; en las más secas, suelos calcáreos de La Mancha y La Alcarria, es la garriba; y finalmente la estepa, tanto artificial como natural, cada vez está más afectada por la erosión y la desertificación, sobre todo en el oeste de Andalucía y Levante.
En las zonas costeras del Mediterráneo existe una mezcla botánica más compleja. En la costa misma, los bosques de encina están intercalados con una masa conífera dominada por el pino carrasco, el cual una vez alcanzadas mayores altitudes es reemplazado por otro tipo de coníferas más adecuadas para regiones montañosas, como el alerce y el pino royo. Junto con ellos, y según la zona, es posible encontrar hayas y robles, en el caso de las sierras centrales de la Meseta, o roble y castaño en Sierra Nevada, o incluso abeto español, una conífera de origen norteafricano en las colinas de Ronda. En cotas más altas, se encuentra un tipo de paisaje sin árboles cubierto con matorral xerófito que se ha adaptado a las temperaturas frías y secas típicas de las regiones montañosas mediterráneas. Por el contrario, a las orillas del Mediterráneo se extiende un tipo de desierto con escasísima vegetación, en el sudoeste de Murcia y Andalucía. En esta última, es fácil encontrar algunas especies de plantas exóticas, como la palmera enana, el peral espinoso indio y plantas de aloe. Ocasionalmente brotarán arboledas compactas o dispersas de palmeras si hay suficiente cantidad de agua subterránea.

Producción mineral
Iberia, Hesperia o Hispania, los diferentes nombres con que la antigua España fue conocida, era famosa por sus recursos naturales, y en particular por la abundancia y variedad de su riqueza mineral. Ésto atrajo la atención de pueblos guerreros y, de esta manera, España se convirtió en campo de batalla para los ejércitos de Cartago y Roma. Incluso antes de ésto, los viajes de los fenicios a los "pilares de Hércules" (tal como era conocido el Estrecho de Gibraltar) y más allá hacia las Islas Casitéridas pueden ser explicados por la existencia de plata en Cartagena (Murcia) y Sierra Morena (Andalucía), de cobre en Huelva (Andalucía) y de oro y estaño en Galicia. Todavía a principios del presente siglo, España poseía algunos de los más importantes depósitos de varios minerales, y el desarrollo económico de ciertas regiones, como las provincias vascas y Asturias, se basó en su riqueza mineral. Hoy la situación ha cambiado; pero, no obstante, España sigue siendo uno de los países más ricos de Europa en producción mineral.
En el presente, la producción de mineral en España está centrada en fuentes de producción no energéticas. A nivel mundial, y teniendo en cuenta exclusivamente el valor de los minerales metálicos y no metálicos y productos mineros, España ocupa internacionalmente la novena posición y el primer lugar entre los países de la Comunidad Europea. Si añadimos los materiales productores de energía (carbón, petróleo, gas y uranio) a este cómputo, España desciende hasta la 38ª posición en la clasificación mundial. Si consideramos solamente los productos energéticos, España se encuentra en la 40ª posición. Así pues, la minería representa solamente el 15% del Producto Nacional Bruto y da empleo solamente a 85.000 personas, distribuidas entre 3.700 zonas mineras.
La diversidad de la producción mineral española -con la excepción de minerales productores de energía- es grande; encontramos en el suelo español casi todo tipo de minerales. Sin embargo, de un total de unos cien productos, sólo diecisiete se extraen en cantidades significativas. Se trata de hierro, pirita, cobre, plomo, estaño, mercurio y wolframio (entre los minerales metálicos); y argilita refractaria, bentonita, cuarzo, espato fluoroso, glauberita, magnetita calcinada, sal de roca y marina y sales potásicas y sepiolíticas (minerales no metálicos).
Aunque es variada, la producción de minerales metálicos no es suficiente para satisfacer las demandas nacionales. Por otro lado, la situación de los minerales no metálicos está marcada por excedentes y supera de sobra las necesidades del mercado interior.

Hidrografía
Los ríos de España , incluso aquellos considerados como los principales, tienen un caudal muy modesto debido al hecho de que sólo conducen agua de lluvia, y las lluvias son escasas e irregulares.
Los ríos desembocan en el Mediterráneo y en el Atlántico. Hay nueve ríos principales:
· Miño (310 km.), Duero (895 km.), Tajo (1.007 km.), Guadiana (778 km.), y Guadalquivir (657km.), que desembocan en el Atlántico.
· Segura (325 km.), Júcar (498 km.), Turia (280 km.), y Ebro (910 km.) que van a parar al Mediterráneo.
En el norte, los llamados ríos montañosos tienen un curso muy corto, debido a la cercanía de su nacimiento al mar. Los principales son Bidasoa, Nervión, Sella, Nalón, Navia y Eo.

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